Los cuidados de las rosas en otoño
- Sandra Cervantes
- 2 dic 2016
- 2 Min. de lectura

Las rosas son las flores más populares de los jardines debido a su aspecto, usos, su aroma y adaptación a diversos ambientes porque se pueden plantar en cualquier parte del mundo, en ambientes artificiales o naturales, jardines, parques, patios y zonas verdes. Es una planta decorativa, aromática y sus cuidados no son excesivamente caros.
A nuestros rosales hay que cuidarlos todo el año, pero más especialmente en otoño pues los tenemos que preparar para soportar los días fríos de invierno.
Otoño es buena época para podar. La poda suele hacerse en la estación del año de reposo vegetativo o de poca actividad que es cuando el crecimiento se detiene. Aunque se puede hacer en cualquier momento del año, es más favorable podar en primavera y otoño siendo el mes óptimo marzo, cuando ya han pasado las heladas más fuertes.
El motivo por el que se poda es para mantener saludable a la planta, quitar las ramas secas, reducir el tamaño, fortalecerla y también para darle una forma agradable. Se suele podar más intensamente en invierno y de forma más ligera en verano pues en la estación estival hay más plagas que podrían aprovecharse de las heridas de los cortes producidos por la poda y atacar a los brotes tiernos.
Cuando se poda hay que realizar un corte limpio y oblicuo por encima del nudo más bajo del tallo. El método para podar un rosal consiste en hacer un corte limpio por encima del nudo más bajo del tallo y si hubiese tallos que se cruzaran o rozaran habría que sacrificar uno de ellos entero. El corte tiene que ser limpio y oblicuo para que el agua escurra y no se produzca podredumbre. Terminada la poda se aplica cicatrizante que puede ser cualquier tipo de pintura o barniz.
Los rosales son sensibles a las heladas producidas en el invierno. Si las temperaturas bajan de cero grados, hay que encapucharlos para protegerlos de las heladas y también ponerles acolchado para que los cambios drásticos de temperatura no les afecten. El acolchado puede estar formado por hojas secas, agujas de pino o corteza vieja.
Rosal que tiene sus raíces protegidas con un acolchado de corteza de pino. Para protegerlos los podemos encapuchar con protectores, preferiblemente de color blanco, que dejen pasar algo de aire o sino les hacemos unos agujeros y, si es necesario, los podaremos para que entren, les ponemos acolchado y por último lo tapamos con el contenedor. Noviembre es buen momento para plantarlos y reproducirlos, hacer injertos, reproducir por estacas las ramas leñosas o cortar los acodos hechos en primavera.
Resumiendo: otoño es la época de poda, protección y reproducción de nuestros rosales.
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